¿Cómo se elabora el jamón ibérico de bellota?

El jamón ibérico de bellota es uno de los productos más emblemáticos de la gastronomía española. Se trata de un jamón de alta calidad que se obtiene a partir de cerdos ibéricos alimentados exclusivamente con bellotas durante la época de montanera. El proceso de elaboración del jamón ibérico de bellota es complejo y requiere de una gran atención al detalle para conseguir un producto de máxima calidad.

  1. La raza de cerdo: como su nombre indica, el jamón ibérico de bellota se obtiene a partir de cerdos de raza ibérica. Esta raza se caracteriza por tener una mayor infiltración de grasa en la carne, lo que aporta sabor y jugosidad al jamón.
  2. La dehesa: es un ecosistema único de la península ibérica que consiste en un bosque de encinas y alcornoques en el que los cerdos ibéricos pastan libremente. La dehesa es fundamental para la elaboración del jamón ibérico de bellota, ya que es en este entorno donde los cerdos se alimentan de bellotas y otros recursos naturales que les aportan los nutrientes necesarios para su desarrollo.
  3. La montanera: la época de montanera es el periodo en el que los cerdos se alimentan exclusivamente de bellotas y otros frutos de la dehesa. Durante este periodo, que suele durar unos 3 o 4 meses, los cerdos pueden llegar a engordar hasta 1 kilo al día gracias al alto contenido en ácido oleico de las bellotas, lo que se traduce en una mayor infiltración de grasa en la carne.
  4. El sacrificio y el despiece: una vez que los cerdos han alcanzado el peso adecuado, se procede al sacrificio y al despiece de la carne. El jamón ibérico de bellota se elabora a partir de la pata trasera del cerdo, que se somete a un proceso de salado y secado.
  5. El salado: después del despiece, las patas traseras de los cerdos se someten a un proceso de salado en el que se les aplica sal marina. La duración del salado depende del peso de la pata, pero suele oscilar entre los 5 y los 7 días.
  6. El secado: tras el salado, las patas de jamón se lavan y se cuelgan en secaderos naturales, donde se mantienen a una temperatura y humedad controladas durante un periodo de tiempo que puede durar entre 36 y 48 meses. Durante este tiempo, el jamón va perdiendo humedad y ganando sabor gracias a la infiltración de la grasa de las bellotas que han consumido los cerdos.
  7. La curación: finalmente, tras el periodo de secado, los jamones pasan a la fase de curación, en la que se lleva a cabo un proceso de maduración en bodegas especiales. Durante este proceso, los jamones se mantienen en un ambiente controlado de temperatura y humedad, lo que permite que el jamón adquiera su sabor y aroma característicos.

Conclusión

El jamón ibérico de bellota es un producto de alta calidad que se obtiene a partir de cerdos ibéricos criados en libertad en la dehesa y alimentados exclusivamente con bellotas durante la época de montanera. El proceso de elaboración del jamón ibérico de bellota es complejo y requiere de una gran atención al detalle, pero el resultado es un producto único y excepcional que forma parte de la cultura gastronómica de España

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